sábado, 28 de mayo de 2011

HUMBERTO MATURANA

Monografía
Vida y obra de Humberto Maturana
Sus aportes a la epistemología



Alumnas:      Gabriela González Adasme
                        Janet Lara Vásquez
                        Karen Vidal Vásquez
                          
Docente:       Dr. Alejandro Villalobos Clavería

Asignatura:   Fundamentos Epistemológicos del proceso educativo.



Temuco, 25 de mayo  2011

Índice
Portada                                                                                                                   0
Índice                                                                                                                                  1
Introducción                                                                                                           3
Biografía de Humberto Maturana                                                                                  3-4

APARTADO I
Principales aportes del autor:                                                                             5
Ø  Al concepto de realidad                                                                           5
Ø  La teoría biológica del conocer                                                               6
Ø  Su concepto de autopoiesis                                                                   7
Ø  Las emociones                                                                                          9
Ø  Objetividad y relaciones humanas                                                        10
Ø  Emociones y Conocimientos                                                                  12
Ø  Sobre el lenguaje                                                                                      13
Ø  Sobre el amor: la biología del amor                                                       15
Ø  A la Educación                                                                                          16
APARTADO II
El traspaso de sus ideas a la educación ambiental                                 19

Lista de Referencias                                                                                            21-22


INTRODUCCION
            El trabajo que a continuación presentamos pone énfasis en las ideas de uno de los biólogos y epistemológos Chilenos más consagrado de nuestro tiempo: Humberto Maturana  Romesín, cuyas teorías han tenido gran eco en distintos ámbitos, no solo científicos. Sus implicaciones llegan a terrenos como la teoría del conocimiento, la ética o la teoría de la comunicación, entre otras. Javier Torres Nafarrate, el autor de la introducción de la obra, señala que "la teoría de Maturana es uno de los pensamientos más asombrosos de finales de este siglo". De hecho es constantemente requerido para congresos en Chile y el mundo; además, su aporte es entregado directamente como profesor de institutos de formación.
            Iniciando, damos a conocer la vida y obra más relevante del autor para comenzar a comprender el por qué de sus postulados e ideas.
            Como primer apartado, desarrollamos las ideas más relevantes en el campo de la epistemología y reflexionamos sobre sus principales aportes. Recogemos aquí  lo básico de su pensamiento. En ellos podemos encontrar los conceptos claves, sus derivaciones y aplicaciones como lo que enuncia como realidad, la teoría biológica del conocer,  el concepto de autopoiesis, las emociones objetividad y relaciones humanas, sus aportes sobre el lenguaje  y la biología del amor introduciéndonos también, a sus aportes en el ámbito educacional, reflexionando sobre el aporte de la epistemología en la comprensión de la naturaleza del proceso educativo pues creemos que ese es un aporte fundamental a nuestro trabajo diario.
            Como un segundo apartado, queremos abocar sus ideas a la temática medioambiental puesto que si bien, no tenemos un tema de tesis, sus aportes a la educación ambiental no dejan de llamar nuestra atención pudiendo crear en base a sus ideas, un campo de discusión importante, que servirán de sustento para una futura argumentación epistemológica.
                     Biografía Humberto Maturana Romesín                                                     (1928-)
                                   
                                                                                  “Todo hacer es conocer” Maturana.
Perfil Biográfico y Académico
            Nacido en Santiago, Chile, estudió medicina y biología en la Universidad de Chile, que amplió en el campo de la anatomía y neurofisiología en el University College de Londres con una beca de la Fundación Rockefeller. Se doctoró en biología por la Universidad de Harvard (1958), con una tesis sobre la estructura del nervio óptico en la rana -The fine structure of the optic nerve and tectum of Anurans. An electron microscope study-, y prolongó sus trabajos sobre anatomía y neurofisiología de la visión animal en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, junto a Jerome Lettvin. A raíz de dicha investigación, ambos fueron postulados como candidatos al Premio Nobel de Medicina y Fisiología.
            En 1960 regresa a su país como docente de biología en la Universidad de Chile, al tiempo que investiga en los sistemas biológicos perceptivos de distintos animales y el procesamiento de la información en el cerebro. La biología y la neurofisiología de los procesos cognitivos. En 1965, crea el Instituto de Ciencias y la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Junto con un antiguo alumno y discípulo, el también chileno Francisco Varela, publica De máquinas y seres vivos (1972) y El árbol del conocimiento (1984), en los que dan a conocer el concepto de 'autopoiesis' aplicado a los seres vivos. En Santiago crea el Laboratorio de Epistemología Experimental, destruido en 2006 por un incendio.
            En 2000, funda, junto a Ximena Dávila Yáñez el Instituto de Formación Matríztica, dedicado al análisis de la dinámica de la Matriz Biológica de la Existencia Humana. Es doctor 'honoris causa' por la universidades Libre de Bruselas (Bélgica), Santiago  (Chile) y Málaga (España).
            Autor, entre otros, de los libros De máquinas y seres vivos, con Francisco Varela (1972), Autopoiesis and cognition (1980), El árbol del conocimiento, con Francisco Varela (1984), Emociones y lenguaje en educación y política (1990), El sentido de lo humano (1991), Desde la biología a la psicología (1993), La realidad, ¿objetiva o construida?, 2 vols. (1996), La objetividad, un argumento para obligar (1997), Transformación en la convivencia (1999), From Being to Doing. The Origins of the Biology of Cognition, con Bernhard Poerksen (2004), The Origins of Humanness in the Biology of Love, con Gerda Verden-Zoller (2009).1
         Su orientación epistemológica lo pone cerca de los radicales/constructivistas tales Von Foerster, Piaget, von Glaserfeld, sin embargo él se califica sí mismo de determinista, no cree que un sistema pueda especificar una multiplicidad de mundos. Es sin lugar a dudas uno de los más connotados fundadores de la  Escuela de Santiago.


Junto a la rectora de la Universidad de Málaga, durante el acto de investidura como doctor 'honoris causa' (9.11.2010)


    


http://www.infoamerica.org/teoria/maturana1.htm

APARTADO I
PRINCIPALES APORTES DEL AUTOR

Al concepto de realidad:
            La psicología contemporánea todavía aparece muy influida por los paradigmas empiristas, aquellos que aceptan que hay una realidad única y universal, igual para todos y existente con independencia del observar del observador. Según este modelo, el organismo es esencialmente pasivo y únicamente responde a un orden externo dado, donde el sentido de las cosas está de antemano objetivamente contenido. Así, la mente humana se vuelve meramente un receptor pasivo de ese orden externo, lo que la determina casi en su totalidad (Ruiz, 2009).
            Ahora bien, la concepción de las ciencias de la complejidad, como considera a los organismos vivos en términos de su complejidad, enfatiza desde el comienzo su autodeterminación y autorganización, así como lo abierto y plástico de los caminos de su evolución y desarrollo. El elemento básico de esta perspectiva es la mutación de la noción de realidad y la del observador. Esto llevó a un cambio radical en la relación observador-observado, en la cual ya no se acepta el acceso a una realidad única independiente del observador y, por el contrario, se propone que existen tantas realidades como modos de vivir surgen en cada ser.
            La contribución de Humberto Maturana, a las ciencias de la complejidad es reconocida; también su influencia en el pensamiento y la investigación de muchos científicos relacionados con ellas. Como señala en su ensayo (Ruiz, 2009.), cuando al final de su vida a Bateson le preguntaron acerca de quién podría continuar con el estudio de la "Creatura", el mundo de los seres vivos, él contestó que el centro para ese análisis es ahora Santiago de Chile, a cargo del cual está un hombre llamado Humberto Maturana. Del mismo modo, teóricos y psicoterapeutas como Guidano y Arciero, al hacer referencias específicas al enfoque de Maturana, lo nominan como la "Escuela Chilena".
            Maturana ha contribuido a rechazar el racionalismo objetivista, poniendo énfasis en el lenguaje, en la experiencia humana y el involucramiento del conocimiento en el ser total, estableciendo la unidad entre cuerpo y mente que hasta entonces se veían separados. Lo básico es la mutación de la noción de realidad y la del observador. Precisamente la noción de ciencias de la complejidad ha emergido en los últimos años como parte de una síntesis de ciertas disciplinas tradicionales como la biología, la física y las matemáticas. Se está cambiando el acceso a una realidad única, independiente del observador; proponen tantas realidades como modos de vivir surgen en cada ser en función de los lenguajes en que habitan. Javier Torres Navarrete (1996), en el prólogo a La realidad: objetiva o construida?, señala que Maturana es el pensador que ha dado con el principio teórico de más radicalidad para entender el gran número de esferas y problemas de la sociedad contemporánea.

La teoría biológica del conocer

            Se comprende entonces  que la convergencia interdisciplinaria ha dado como resultado cambios epistemológicos en la relación observador-observado.  Según Ruiz (2009) el aporte de Humberto Maturana a la nueva propuesta epistemológica es fundamental. Es el primer científico que desde su hacer de biólogo propone que el conocimiento es un fenómeno biológico y que, por tanto, sólo puede ser estudiado y conocido como tal. Aún más, su proposición es que la vida misma se entiende como un proceso de conocimiento, el cual le sirve al organismo para adaptarse, para sobrevivir. Ningún organismo, por tanto, está interesado en saber si su conocimiento es verdadero o no, cuando eso no importa para su supervivencia. Así la obra de Maturana puede ser caracterizada como un sistema explicativo unitario y ontológico de la vida o de la vivencia. Ontológico, porque ve la experiencia humana desde un punto de vista situado dentro de ella misma y no desde un punto de vista externo o fuera de ella.
            La Biología del Conocimiento es una disciplina que pretende indagar en la epistemología del conocimiento de los seres humanos desde una perspectiva como seres vivientes.
            Como surge desde su ser biólogo, señala Ruiz (2009) el enfoque de Maturana permite reflexionar en los términos más amplios, en el sentido de que todo lo relacionado con la vida puede ser explicado desde allí. A Maturana, (1984, p.191) su razonar biológico le hace ver la mente como una instancia de la vida, como una organización dentro de la organización que es la vida misma. La vida y la mente se auto-organizan; son sistemas estructuralmente determinados, autopoiéticos (en el sentido de que los organismos vivos se están siempre auto-creando) y autoreferenciales, es decir circulares.
Su concepto de autopoiesis:
            Podemos entender el sistema nervioso como una red cerrada que controla sus cambios estructurales y no por ello su organización. Y es aquí donde el medio sirve como detonador sobre el entendimiento que generará un organismo a partir del exterior, es decir, su organización y comportamiento se deben al medio y el medio es producto de la estructura cerrada en la cual se conforma un ser vivo.
            De aquí formulará el termino autopoiesis (1972),  es  decir, la capacidad de un sistema para  organizarse de tal manera que  el único producto  resultante es él mismo. Es decir, desde esta perspectiva no existe  separación entre productor y producto, entre el ser y el  hacer, y constituye el modo específico de  organización (comportamiento) que determina  que nuestra experiencia, este amarrada a nuestra  estructura de forma indisoluble. No podemos ver aquello que nuestra estructura visual no nos permita ver, no podemos oír aquello que nuestra estructura auditiva no nos permita oír, estamos amarrados a la forma en la cual estamos construidos; nuestra estructura tiene especificaciones biológicas, éstas nos limitan y nos abren un mundo  definido por estas mismas especificaciones. Por ello, no hay separación entre nosotros como observadores y aquello que observamos, ya que lo que observamos es lo único que podemos ver, de ahí que con nuestros sentidos configuremos nuestro medio. Estamos configurados para abstraer de cierta manera el medio que nos rodea, pero al mismo tiempo nuestra propia constitución nos configura, somos nosotros con el medio y por ello somos el medio.
            La mantención de un sentido de individualidad y unicidad personal a través del  ciclo de vida resulta de la actividad autopoiética. Nosotros somos de la manera que somos debido a nuestras historias de interacciones con el mundo y no con nuestra historia pasada, más bien somos siempre el presente y preparándonos para perpetuarnos a nosotros mismos".
            Si, como señala Maturana (1996), se niega la realidad objetiva independiente del observador y, como lo planteó en su "Ontología del observar", se reconoce al observador como un participante constitutivo de lo que observa, el cambio que aquí se propone es evidentemente radical: el paso de un Universo, es decir, de una realidad objetiva unívoca que es igual para todos, a un Multiverso, en que cada mundo construido por el observador es igualmente válido y único respecto de otros.
            El pensamiento de Maturana tiene su punto central en el concepto de "autopoiesis":
            (...) los seres vivos son verdaderos remolinos de producción de componentes, por los que las sustancias que se toman del medio, o se vierten en él, pasan participando transitoriamente en el interrumpido recambio de componentes que determina su continuo revolver productivo. Es esta condición de continua producción de sí mismos, a través de la continua producción de recambio de sus componentes, lo que caracteriza a los seres vivos, y lo que se pierde en el fenómeno de la muerte. Es a esta condición a la que me refiero al decir que los seres vivos son sistemas autopoiéticos, y que están vivos sólo mientras están en autopoiesis.
            Con este desarrollo intelectual, Maturana juzga la objetividad de la epistemología dominante, afirmando que “lo real se convierte un argumento explicativo (…) para entender la experiencia y no lo real (…) inventando nociones explicativas; la noción de la realidad, la noción del tiempo, de energía, de materia. No son sino coherencias de la experiencia (…) Por ello nuestra convivencia con lo real es un delirio en la convivencia, (…) lo real lo configuramos.”
            Ahora bien, para responder a la pregunta ¿como configuramos esta realidad en la convivencia? según Maturana, tendríamos que iniciar preguntando ¿Cuándo surge lo humano? si bien se ha sostenido que el conocimiento es una convivencia con el medio y con nuestras relaciones, la única forma de mantener un orden en esta relación, es a través del consenso. Por ello, el lenguaje según Maturana (1984)  “es un modo de convivir en coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuales.” Esto quiere decir que nos formamos como humanos en relación a nuestras conductas en consenso con el otro y éstas se dan en la esfera del lenguaje. 
            Así lo que aprende el niño, una vez que ha dominado el lenguaje es una forma de convivir con el otro y con el medio que surge de la  convivencia con su madre.
            Las emociones

Nosotros hablamos como si lo racional tuviese un fundamento trascendental que le da validez universal independiente de lo que nosotros hacemos como seres vivos. Eso no es así, como señala Maturana (1995,p.11) Todo sistema racional se funda en premisas fundamentales aceptadas a priori, aceptadas porque sí, aceptadas porque a uno le gustan, aceptadas porque uno las acepta simplemente desde sus preferencias. Y eso es así en cualquier dominio, ya sea el de las matemáticas, el de la física, el de la química, el de la economía, el de la filosofía, o el de la literatura. Todo sistema racional se funda en premisas o nociones fundamentales que uno acepta como puntos de partida porque quiere hacerlo y con las cuales opera en su construcción.

            Las distintas ideologías políticas también se fundan en premisas que uno acepta como válidas y trata como evidentes de partida porque quiere hacerlo. Y si uno esgrime razones para justificar la adopción de esas premisas, el sistema racional que justifica esas razones se funda en premisas aceptadas porque sí, porque uno consciente o inconscientemente así lo quiere.

                Maturana (1997)  explica que existen  dos tipos de discusiones entre las personas. Hay discusiones, desacuerdos, que se resuelven sin que uno vaya más allá de ponerse colorado. Nunca nos enojamos cuando el desacuerdo es sólo lógico, es decir, cuando el desacuerdo surge de un error al aplicar las coherencias operacionales derivadas de premisas fundamentales aceptadas por todas las personas en desacuerdo. Pero hay otras discusiones en las cuales nos enojamos (es el caso de todas las discusiones ideológicas); esto ocurre cuando la diferencia está en las premisas fundamentales que cada uno tiene. Esos desacuerdos siempre traen consigo un remezón emocional, porque los participantes en el desacuerdo viven su desacuerdo como amenazas existenciales recíprocas.      
           Siguiendo su idea lo humano se constituye en el entrelazamiento de lo emocional con lo racional. Lo racional se constituye en las coherencias operacionales de los sistemas argumentativos que construimos en el lenguaje para defender o justificar nuestras acciones. Corrientemente vivimos nuestros argumentos racionales sin hacer referencia a las emociones en que se fundan, porque no sabemos que ellos y todas nuestras acciones tienen un fundamento emocional, y creemos que tal condición sería una limitación a nuestro ser racional. Pero ¿es el fundamento emocional de lo racional una limitación? No, muy por el contrario.

Objetividad y relaciones humanas

Según Vásquez (2009), Maturana plantea que en la vida cotidiana, consciente o inconscientemente, nos movemos en los dos caminos explicativos mencionados. En el momento en que uno se junta con personas que pertenecen al dominio de aceptación mutua en que uno se mueve, como cuando uno se reúne con sus amigos, uno opera en la no imposición de una “objetividad” -que de todos modos sería ilusoria. Esto es así porque en estos casos no importa lo que los otros opinen o piensen, o los intereses que tengan, o si se mueven en dominios de coherencias de acción diferentes a los de uno, uno los acepta sin duda alguna. En el camino explicativo del pluralismo no hay verdad absoluta ni verdad relativa sino muchas verdades diferentes en muchos dominios distintos. En este camino explicativo hay muchos dominios distintos de realidad como distintos dominios explicativos de la experiencia fundados en distintas coherencias operacionales y como tales, todos son legítimos en su origen, aunque no iguales en su contenido, y no igualmente deseables para vivirlos. El que a uno le guste la física y al otro la biología, o el que uno sea cristiano y el otro musulmán, no crea una dinámica de negación en la convivencia, no excluye al otro.

¿Qué es un argumento objetivo? Cuando queremos convencer a alguien presentamos este argumento, pretendiendo que la realidad es universal y que esa realidad nosotros la hemos aprehendido racionalmente. Si el otro persiste en sus argumentos, lo trataremos de ilógico o de absurdo, la respuesta implícita o explícita que cada uno da a la pregunta acerca de la realidad determina el modo de vida y con ello la aceptación o rechazo del otro.

Entenderemos las representaciones desde la perspectiva Constructivista: como las construcciones simbólicas sobre la realidad que los seres humanos creamos desde y con el lenguaje. Entendiendo el lenguaje no sólo como instrumento que hace posible la comunicación sino como fenómeno histórico y cultural dotado de valoraciones, de prohibiciones y concesiones, de legitimaciones y descalificaciones que toman vida en el uso y la recreación del mismo lenguaje.


Emociones y Conocimiento.

Vásquez (2009) organiza las ideas de Maturana sobre emocion y conocimiento partiendo de que los seres humanos somos seres biológicamente amorosos como un rasgo de nuestra historia evolutiva. El amor ha sido la emoción central conservada en la historia evolutiva que nos dio origen desde hace unos cinco a seis millones de años atrás.
            Esta ideas, según Vásquez,  de "determinismo estructural" y "autopoiesis" se extienden más allá del ámbito orgánico tradicional y afectan a la teoría del conocimiento y a la teoría social. Conceptos como "emoción" o "conversación" pasan a integrarse en los diferentes niveles orgánicos y sociales:
a) Una cultura es una red de conversaciones que definen un modo de vivir, un modo de estar orientado en el existir tanto en el ámbito humano como no humano, e involucra un modo de actuar; un modo de emocionar, y un modo de crecer en el actuar.
b) Los distintos sistemas de convivencia que constituimos en la vida cotidiana se diferencian en la emoción que especifica el espacio básico de acciones en que se dan nuestras relaciones con el otro y con nosotros mismos. Así, tenemos: i) sistemas sociales, que son sistemas de convivencia constituidos bajo la emoción amor, que es la emoción que constituye el espacio de acciones de aceptación del otro en la convivencia. Según esto, sistemas de convivencia fundados en una emoción distinta del amor no son sistemas sociales; ii) sistemas de trabajo, que son sistemas de convivencia constituidos bajo la emoción del compromiso, que es la emoción que constituye el espacio de acciones de aceptación de un acuerdo en la realización de una tarea. Según esto, los sistemas de relaciones de trabajo no son sistemas sociales; iii) sistemas jerárquicos o de poder, que son sistemas de convivencia constituidos bajo la emoción que constituye las acciones de autonegación y negación del otro en la aceptación del sometimiento propio o de otro en una dinámica de orden y obediencia. Según esto, los sistemas jerárquicos no son sistemas sociales (Maturana 1990, p. 31)
            Schmidt, el editor de Maturana en alemán, nos dice Torres Nafarrate, señala que a "todo aquel que desee un mejoramiento del actual sistema social, le haría bien pensar que sin un cambio de las disposiciones cognitivas, no es posible ningún cambio social y político. Las revoluciones sociales presuponen revoluciones culturales" (p. XVIII).

Sobre el lenguaje
Otro de los aportes más extraordinarios de Humberto Maturana son las ideas sobre el lenguaje; de hecho, para teóricos como Guidano, no existe en la actualidad otra mejor y más exhaustiva.
            Para Maturana (1991, p.198) el lenguaje, como fenómeno de la vida, pertenece a la historia evolutiva de los seres humanos. Son los humanos los primeros y únicos animales (primates, concretamente) que tienen la peculiaridad de vivir -en un fluir constante e ininterrumpido- una doble dimensión simultánea de experiencia: la primera es la experiencia inmediata (las emociones), que nos ocurre a todos los animales y según la cual algo simplemente pasa; la segunda, que nos ocurre sólo al primate humano, es la explicación, que tiene lugar en el lenguaje; sólo en el lenguaje por ejemplo, se admite la existencia de categorías como lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, que permiten comprender ese algo que pasa.
            Ahora bien, el lenguaje consiste en un operar recurrente de lo que Maturana denomina coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuales. Según ellas cada palabra o gesto no está relacionado con algo exterior a nosotros, sino con nuestro quehacer y con nuestra coordinación para ese quehacer con los otros. Son precisamente ese quehacer, y las emociones que están en su base, lo que específica y da a nuestras palabras su significado particular. Por esto, a nivel de la experiencia inmediata no se puede diferenciar lo que es una ilusión de una percepción; sólo lo logramos en el lenguaje.
            Y ya que sólo a través del lenguaje el ser humano puede explicar su experiencia en el vivir y asimilarla a la continuidad de su praxis de vida, el comprender es inseparable de la experiencia humana: todo el reordenamiento racional cognitivo que pueda elaborarse se basa, en premisas tácitas que han sido proporcionadas por la experiencia inmediata. En palabras de Maturana: "Todo sistema racional tiene una base emocional y esto explica por qué no se puede convencer a nadie con un argumento lógico si no se ha aceptado antes su premisa a priori". Pero, además, Maturana (1997) va más allá y acuña el término lenguajear, con el que denomina a la relación dinámica y funcional que se da entre la experiencia inmediata y la coordinación de acciones consensuales con los otros y aclara que este lenguajear está constituido por la relación entre las emociones y el lenguaje.
            Esta concepción revierte el enfoque empirista clásico que ve al lenguaje como simple transmisión de información de un individuo a otro, postura que está hoy tan vigente que no se prevé un cambio ni en la próxima década. En este sentido, la propuesta de Maturana -con su significado emocional y no racional- tendrá que ser reconocida como la teoría más explicativa. En su enfoque ontológico el lenguajear corresponde a una expresión de la temporalidad humana: todo lo que ocurre, ocurre en el lenguaje, en el aquí y en el ahora.
Para Maturana, el lenguaje es el ámbito de lo "humano":
            ...todo quehacer humano se da en el lenguaje, y lo que en el vivir de los seres humanos no se da en el lenguaje no es quehacer humano; al mismo tiempo, como todo quehacer humano se da desde una emoción, nada humano ocurre fuera del entrelazamiento de lenguajear con el emocionar, y, por lo tanto, lo humano se vive siempre en un conversar. Finalmente, el emocionar en cuya conservación se constituye lo humano al surgir el lenguaje, se centra en el placer de la convivencia en la aceptación del otro junto a uno, es decir, en el amor, que es la emoción que constituye el espacio de acciones en el que aceptamos al otro en la cercanía de la convivencia (1990, pp. 28-29)
            La riqueza del pensamiento de Maturana excede el ámbito de las ciencias. El conocer, para Maturana, es un proceso natural que, cuando sigue determinadas fórmulas y convenciones metodológicas, es considerado por la sociedad como científico. Es decir el carácter "científico" proviene de los "criterios de validación de las explicaciones científicas" establecidos. El distanciamiento objetivamente buscado por la ciencia hace que los científicos no sean necesariamente los más sabios. (Maturana 1995, p 4)
            Sobre el amor: La Biología del Amor
            Maturana es el primer científico que desde su hacer como tal explica el amor. En su propuesta, el amor no es una cualidad o un don, sino que como fenómeno relacional biológico, consiste en las conductas o la clase de conductas a través de las cuales el otro, o lo otro, surge como un legítimo otro en la cercanía de la convivencia, en circunstancias en que el otro, o lo otro, puede ser uno mismo. Esto, entendiéndose que la legitimidad del otro se constituye en conductas u operaciones que respetan y aceptan su existencia como es, sin esfuerzo y como un fenómeno del mero convivir. Legitimidad del otro y respeto por él o ella, son dos modos de relación congruentes y complementarios que se implican recíprocamente. El amor es un fenómeno biológico propio del ámbito relacional animal, que en los mamíferos aparece como un aspecto central de la convivencia en la intimidad de la relación materno-infantil en total aceptación corporal. De acuerdo a Maturana, nos enfermamos al vivir un modo de vida que niega sistemáticamente el amor.  

            Los niños –también los adultos- se enferman cuando se les priva del amor como la emoción fundamental en la cual transcurre su existencia relacional con otros y con ellos mismos. La carencia afectiva produce niños con trastornos conductuales (ansiedad, agresividad, falta de interés, desmotivación, inseguridad, tristeza, etc.).

            El lenguaje, como rasgo cultural, junto con la amorosidad, como rasgo biológico, constituyen el núcleo del modo de vida conservado generación tras generación, que nos definió como seres humanos en nuestra historia evolutiva hace tres o más millones de años.

            La biología del amor es la dinámica relacional que origina la calidad de lo humano en la historia de nuestro linaje. Cuando hablamos implicamos, evocamos o connotamos la biología del amor.

            El amor es una emoción, es un modo de vivir juntos, un tipo de conductas relacionales en los sistemas humanos. El amor se produce cuando en nuestra vida e interacción con otros, el otro, no importa quién o qué sea, surge como otro legítimo en coexistencia con nosotros. El amor (el amar) es la emoción que constituye y conserva la vida social.

            En esta perspectiva, el lenguaje como fenómeno social se funda en la emoción de aceptación del otro que es propia de nuestra biología y que sería la emoción fundamental que hace posible nuestra historia evolutiva. A esta emoción Maturana la llama amor, y al respecto dice: “… cuando hablo de amor no hablo de un sentimiento ni hablo de bondad o sugiriendo generosidad. Cuando hablo de amor hablo de un fenómeno biológico, hablo de la emoción que especifica el dominio de acciones en las cuales los sistemas vivientes coordinan sus acciones de un modo que trae como consecuencia la aceptación mutua, y yo sostengo que tal operación constituye los fenómenos sociales” (Maturana 1997: 86).

A la educación

En el articulo que citaremos el “aporte de Humberto Maturana al entendimiento y la práctica de la educación”, señala el autor (zapata, 2003) Cuando hablamos de educación nos referimos a la transformación de nuestros niños en su convivencia con los educadores u otros adultos. Esto ocurre en un ámbito relacional que debe ser aceptado como legítimo y adecuado para que ellos surjan como adultos que llegarán, en el futuro, a repetir el mismo ciclo con sus hijos.
            La educación (incluida la preescolar), es un proceso de transformación humana en la convivencia. Con esto queremos decir, que ocurre en todas las dimensiones relacionales del vivir del niño, tanto en los espacios privados de la familia o del jardín infantil, como en los espacios públicos de la calle y el barrio.
            La educación es un proceso en el que tanto los niños como los educadores cambian juntos en forma congruente, en tanto permanecen en interacciones recurrentes. De modo que los niños aprenden a vivir en cualquier dominio de vida donde sus maestros los encaminen.
            La educación es un proceso de transformación de vida que sigue un curso definido por la manera de vivir de los padres y educadores. En este proceso, el niño se transforma en un tipo de ser humano u otro según el tipo de experiencias vividas recurrentemente con sus padres y educadores.
           

            Según Zapata, (2003) la plasticidad estructural requerida para vivir en el lenguaje es tan enorme que todos los niños, todos los seres humanos, somos igualmente inteligentes o capaces de conducta inteligente. Es la enseñanza la que debe sintonizarse a las distintas maneras en que los niños viven su plasticidad estructural para aprender, conocer, expresar, convivir, etc. Esto significa respetar los ritmos y dinámicas en los que sucede el aprender en los niños, escuchando sus fortalezas, limitantes y potencialidades en cada caso.

            Con todo, la conducta inteligente del niño puede tornarse restringida o expandida según el flujo emocional que emerge en su convivencia con sus educadores y sus padres. Así, el temor, la envidia, la rivalidad, restringen su conducta inteligente, porque estrechan el espacio de relaciones en el que el niño se mueve. Sólo el amor expande la inteligencia, al ensanchar el espacio de relaciones en el cual opera el niño, ampliando su ámbito de lo posible

            Los niños son seres que aprenden. Son seres que aprenden tanto en los dominios emocionales como racional. Sin embargo, aprenden y aprenderán a vivir cualquier tipo de vida que les toque vivir. La emocionalidad que los niños viven en su niñez es conservada por ellos como fundamento del espacio psíquico que generarán como adultos. Su niñez es tanto su tesoro como su azote.

            En nuestra historia, en algún momento, la conservación de la participación en esta clase de coordinaciones de acciones habría posibilitado su “recursividad”, es decir, la aplicación en las nuevas interacciones del resultado del operar en anteriores coordinaciones de acciones consensuales de los miembros del grupo (coordinación de la coordinación), y no sólo de su repetición. Cuando esto ocurre, surge el lenguaje y en él, no con él, el mundo de objetos o entidades. De este modo, Maturana  plantea que pertenecemos a una historia evolutiva que adquiere el carácter humano en el momento en que surge el lenguaje entrelazado con el emocionar propio de los mamíferos. Para él, la aceptación recíproca es el fundamento de la coordinación conductual consensual y la condición necesaria para su expansión en la convivencia social que es donde se generan todos los dominios de acciones de los seres humanos (Maturana, H. 1990).

            Se necesita, abrir un espacio de reflexión para maestras y maestros  sobre los fundamentos biológicos y culturales de lo humano, para que puedan hacer o conservar ese  giro epistemológico- ontológico con comprensión de  por qué es así y conducirse con sus alumnos de modo que  la nueva mirada aparezca en ellos naturalmente, porque entienden sus fundamentos. Si eso para, la formación de estos niños y niñas como personas adultas con las características que implica ese giro va a ser la forma normal, natural  y espontánea  de ser.





APARTADO II
El traspaso de sus ideas a la educación ambiental:

      Las principales ideas de este biólogo, fundamentan enormemente el que hacer ecológico y medioambiental. Si es en la convivencia con el otro donde surge el conocimiento, dónde se da esta convivencia?, en un mundo que debe ser armonico, social y amable.  En el articulo desde la matriz biológica de la existencia humana, Maturana y Ximena  Paz Dávila exponen sus ideas, señalando principalmente  que, en este  generar mundos, los humanos hemos cambiado tanto el mundo natural que lo estamos llevando a su destrucción. Se acabó la biosfera, ahora vivimos en una homósfera. Estamos  destruyendo nuestro entorno y transformándolo de un modo que vamos hacer nuestro vivir imposible.

      Para ellos, cuidar el entorno es respetarlo, no explotarlo al usarlo como un ámbito vital, no contaminarlo como si fuese una bolsa para desechos. el bosque, el agua y aire limpios, los espacios ecológicos satisfactorios para el vivir humano y el de otros seres, ya no se sostienen  por sí mismos, no tienen la autonomía de la biósfera, pues ahora pertenecen a la homósfera de transformaciones generadas por nuestras emociones según lo que queremos  conservar consciente e inconscientemente en nuestro vivir. El bienestar es estar en armonía con la circunstancia donde lo humano como un mundo de bien-estar creativo, estético y acogedor es posible, y donde lo natural es parte del bienestar humano. Para conservar ese bienestar debemos respetarnos y respetar nuestra responsabilidad en su generación y conservación como un espacio de ecología humana en armonía con los otros seres vivos.

            Según sus postulados, la conciencia y la responsabilidad  ecológica se aprenden espontáneamente en una convivencia donde tengan presencia la conciencia y responsabilidad  ecológica en la conservación del habitar humano como un habitar que generamos continuamente con nuestro hacer. El hogar, el colegio, la comunidad, biósfera, homósfera, cosmos, pasan a ser contextos educacionales espontáneos de la conservación del convivir en conciencia y responsabilidad ecológica.
            Los valores deben ser vividos en todo instante en el proceso educativo, y no ser enseñados como nociones abstractas o acciones independientes. Los valores tienen que ver con el dominio de las emociones, no de la razón, y en particular con el dominio del amor, que es la emoción que hace posible la convivencia social.
            En nuestra opinión, la tarea central de la educación ambiental es prestar atención, fomentar y guiar a los niños en su crecimiento como seres humanos responsables social y ecológicamente, conscientes de que se respetan a sí mismos y a los demás.















LISTA DE REFERENCIAS

Maturana, H. (1990). Emociones y lenguaje en educación y política. Santiago: Colección Hachette/comunicación – ced
 Maturana, H. y Sima Nisis (1995). Formación humana y capacitación. Santiago: Dolmen Ediciones. Segunda edición

Maturana, H. (1997). La objetividad; un argumento para obligar. Santiago: Dolmen Ediciones
Maturana, H y Varela, F (1984). El árbol del conocimiento. Bases biológicas del entendimiento humano. Editorial Universitaria. Edición revisada (1992)
Maturana y Varela; (1972) De maquinas y seres vivos. Editorial Universitaria
Maturana, H, (1999).  Con Transformación en la Convivencia. la colaboración de Sima Nisis Santiago: Dolmen.

Maturana, H y Carlos Vignolo (2001). “Conversando sobre educación”. Santiago: Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Departamento de Ingeniería Industrial, Documento de Trabajo.
Maturana, H. (1996) La realidad: ¿objetiva o construida? II Fundamentos biológicos del conocimiento. Anthoropos en coedición con editorial del Hombre
Maturana ,H.(1991)  El sentido de lo Humano. Colección Hachette/comunicación
Ruiz, A. Los aportes de Humberto Maturana a la psicoterapia Instituto de Terapia Cognitiva INTECO, Santiago de Chile. En http://www.inteco.cl/articulos/003/texto_esp.htm visitado el 20/05/2011
 Vásquez, A. (2009) filosofía de la ciencia; "objetividad" y teoría del conocimiento por adolfo vásquez rocca http://adolfovrocca.bligoo.com/content/view/562552/FILOSOFIA-DE-LA-CIENCIA-OBJETIVIDAD-Y-TEORIA-DEL-CONOCIMIENTO-Por-Adolfo-Vasquez-Rocca.html visitado el 20/05/2011
Biografía extraída de http://www.infoamerica.org/teoria/maturana1.htm visitado el 19/05/2011
Zapata C, (2003) el aporte de Humberto Maturana al entendimiento y la práctica de la educaciónhttp://danielpsicologia.blogspot.com/2006/05/educacion-humberto-maturana.html






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